Comparto
con varios colegas castellano-hablantes (los que hablamos “español”) un aprecio
y una admiración profunda por el trabajo químico y psiconáutico del recién
difunto químico usano, Alexander T. “Sasha” Shulgin; especialmente por su
divulgación para los no especialistas gracias a dos libros pioneros, PIHKAL y TIHKAL (de
los que es coautora Ann Shulgin, su viuda). Más que con cualquier otro colega
mío, compartí la orientación política marcadamente libertaria de Sasha (ambos
considerábamos que nuestro trabajo científico era una especie de acción
política) y el deseo de poner definitivamente los avances en química y
chamanismo en las manos de cualquiera que los honrase y valorase; que deseara
explorar sus múltiples potenciales. Como colegas en el negocio de la
autoedición, Sasha y yo sostuvimos varias discusiones de carácter estratégico
relacionadas con el negocio editorial. Me decía que su principal idea consistía
en publicar sus libros de la manera más económica posible (para eliminar a los
intermediarios, además de utilizar los materiales y las encuadernaciones más baratas
y cosas por el estilo), para así ponerlos al alcance del mayor número posible
de psiconautas.
Compartimos también la
convicción —Sasha y yo— de que nuestra mejor oportunidad para combatir
personalmente la fuerza de control y coacción pseudocientífica y
médico-dogmática, esencialmente anti-democrática, consistiría en difundir lo
más ampliamente posible, la que él tal vez habría llamado “la ciencia
psicodélica”, y que yo más bien denominaría la enteobotánica o la enteognosia.
Con
la publicación de PIHKAL y TIHKAL, hace
unos 20 años, Sasha y Ann propinaron unos golpes mortales contra aquel malvado
imperio de la prohibición. Sin embargo, su publicación tan sólo en inglés, por
fuerza excluyó a los castellano-hablantes, lamentablemente.
Por
ello, en este momento, deseamos traducir PIHKAL y TIHKAL al castellano, para que se publique en España y Latinoamérica,
gracias a la labor de los traductores del Proyecto Shulgin en Español, que son,
a su vez, especialistas en determinadas disciplinas importantes para captar todos
los matices expresados por mis grandes amigos, los Shulgin. Este grupo de
traductores me ha comunicado que van publicando algunos capítulos de los libros
en su página web y que entablan contacto con sus seguidores
y demás interesados por los psiquedélicos en su grupo de Facebook.
El director es J. C. Ruiz
Franco (filósofo, nutricionista, traductor y escritor), co-fundador del proyecto
junto a Alfonso Barba (bioquímico, traductor y antiguo miembro de la
Asociación Eleusis), principal traductor de la parte química; cuentan asimismo
con Antonio Cillero (ingeniero químico y traductor, además de creador de la
página web del proyecto), Igor Domingo (periodista, quien además de traductor,
es el principal corrector), Ricardo Marticorena (bioquímico y traductor), que
traduce secciones de la parte química y se hace cargo de algunos de los pasajes
más complicados, y Mari Mar Adrián, que se encarga de la tarea de comunicación.
Guillermo Herranz, editor personal de Antonio Escohotado, y su esposa Cris,
también están colaborando en el proyecto. Y por último —pero no por ello menos
importante—, no puedo olvidar decir que se une al grupo de traductores el
ilustrado psiconauta mexicano Mario Manjárrez, quien, según me comunica Ruiz
Franco, ya tiene experiencia en traducir a Shulgin a través de su página web.
Él va a ser el representante del proyecto en Norteamérica y Centroamérica, por
lo que la dirección, desde España, le pondrá en contacto con las gentes de esta
tierra en la que vivo desde hace muchos años, con los americanos
hispanohablantes que se interesen por el proyecto.
[Añadido de J. C. Ruiz Franco: De esta forma, dado que los gastos
de envío de paquetes pesados (lo serán los dos libros juntos) de España a
América son muy elevados, intentaremos que se impriman ejemplares de PIHKAL y
TIHKAL también en México, bajo la dirección del amigo Mario, que no es sólo
miembro de nuestro equipo, sino el encargado del Proyecto Shulgin en
Español en los países mencionados. Si nos informamos de que el envío desde
México a, por ejemplo, Argentina, Chile o Colombia, donde ya tenemos
seguidores, es bastante más económico que desde España, nuestro amigo Mario
también se encargará de cubrir los países de Sudamérica]
Por todo lo dicho, solicito
vuestra ayuda (personas, medios de comunicación, empresas y cualquiera que
tenga relación con la enteogenia o tenga interés por ella) para poner el
trabajo de los Shulgin al alcance de todos los hispanohablantes, tanto los de
España como los de América —sean éstos latinos o anglos—, además de a la mayor
parte posible de los más de siete mil millones de personas que pueblan nuestro
planeta, entre los cuales la comunidad de psiconautas no deja de crecer. Como
discípulo de Shulgin que fui —en su nombre y para hacer honor al legado que nos
dejó en PIHKAL y TIHKAL, obras que evidentemente contienen la mejor y más
extensa información sobre sustancias enteogénicas, y que todos los psiconautas
deberían leer—, me he comprometido a revisar la traducción de los dos libros y
a redactar prólogos o introducciones para cada uno de ellos. Mi amiga, la
artista enteobotánica Donna Torres, se ha ofrecido amablemente para ilustrar
las ediciones en castellano (tanto las portadas como la primera página). Por
ser medio colombiana y medio canadiense, y por residir en Miami junto a su
marido cubano-americano, C. Manuel Torres, Donna ejemplifica la naturaleza dual
de los EE UU en el siglo XXI: al estilo del dios Jano, es a la vez latina y
anglo; los EE UU, un país que es bilingüe de facto, si bien no de iure, sin
olvidar que es también parte clave de Latinoamérica.
Os pido a todos los que
leáis estas líneas que escribo, y que envío personalmente a Ruiz Franco y su
equipo de traductores, que tengáis a bien colaborar para ayudarnos a poner el
trabajo de Sasha y de Ann al alcance de todos y cada uno de los
hispanohablantes, españoles o latinoamericanos, sin importar que habiten,
dentro de este continente donde yo también vivo, en los helados territorios
boreales de Yukon o en la igualmente gélida Tierra de Fuego; o en cualquier
otro punto intermedio de esta vasta región, que literalmente cruza todo el
globo terráqueo; y sin olvidar a nuestros amigos ibéricos de España, con sus
antiguas relaciones coloniales que tuvieron por todo el mundo, hecho que hace
posible que el castellano sea un idioma tan internacional como el inglés.
Yo sé, con total seguridad,
que Sasha habría apoyado este proyecto con entusiasmo y con todo su corazón. Y
probablemente habría añadido que es: “FAAAAAAN—TAAAAAAS—TIC!”.
Jonathan
Ott
San
Andrés Tlalnelhuayocan
Veracruz,
México
25
de noviembre de 2014